Monday, June 6, 2016

TAREA #7 AUDITORÍA DE MANTENIMIENTO, EVALUACIÓN DEL DESEMPEÑO DE MANTENIMIENTO, BENCHMARKING FECHA: 06/06/16

AUDITORÍA DE MANTENIMIENTO
Otra forma de evaluar la gestión de mantenimiento es a través de la realización de auditorías de mantenimiento.
Según Fabrés Díaz [1991], auditar en mantenimiento es mejorar la competitividad de las empresas, es decir  saber exactamente dónde se está. Con una auditoría se descubre una situación y se detectan  las áreas que presentan problemas, se puede intentar mejorar estas áreas por medios propios o mediante la contratación del mantenimiento. Este autor plantea que una auditoría no da soluciones, dice cómo se está, dónde se está y dónde se debería estar, pero no dice cómo  se puede llegar. Esa es otra fase, y muy compleja, por lo que depende de cada entidad lograr el mejoramiento continuo de la gestión del mantenimiento; una auditoría es clave para el área de mantenimiento de cualquier entidad [ibidem].
Otra definición de auditoría de mantenimiento, con la que los autores de esta Monografía coinciden, es la dada por Corretger Rauet [1996] el cual plantea que consiste en la evaluación, análisis y la valoración objetiva, periódica y sistemática de las funciones, características esenciales del servicio, para comprobar la corrección del sistema de gestión de mantenimiento empleado y su evolución en el tiempo, ya que cuánto mejor aplicadas sean, se corregirán en mayor grado los problemas que se detecten, facilitando la consecución de sus objetivos.
Para llevar a cabo la auditoría de mantenimiento es necesario definir las áreas y funciones a auditar. En el Anexo 7 se muestran una serie de áreas y funciones a auditar según Fabrés Díaz [1991] y Corretger Rauet [1996]. Otras áreas a auditar son las referidas por Lourival Tavares [1999] y SIGFA [2000].
En la literatura consultada se hace referencia a la auditoría operacional [SIGFA, 2000] la cual se lleva a cabo a través de un procedimiento que combina la aplicación de un conjunto de técnicas a una operación o actividad específica, para determinar si existen problemas o situaciones que afecten la eficacia, economía o eficiencia de dicha actividad y de ser así, el camino a seguir para establecer sus causas y efectos, que conduzcan a plantear la solución pertinente.
Es importante señalar que las auditorías de operación se clasifican atendiendo a diferentes aspectos [Vérez Basanta, 1982] entre ellos interna o externa en dependencia de quién la realice; por su frecuencia en sistemáticas, periódicas o eventuales; máximas o detalladas, por pruebas, especiales o de investigación según su extensión y alcance. Todas ellas pueden efectuarse por sorpresa o previo aviso.
Según Juric Komorski [1995] cuando se efectúa una auditoría de mantenimiento se recomienda que el equipo auditor esté integrado al menos por un experto de la organización auditada. Hace énfasis, además, en que en una auditoría externa, se profundiza en el aspecto de gestión y se minimizan otras variables de importancia, tales como el clima laboral, el nivel tecnológico del mantenimiento, etcétera.
En la ejecución de las auditorías, uno de los obstáculos que se presenta con frecuencia es la falta de información que, junto con las restricciones presupuestarias y de tiempo, dan como resultado, en algunos casos, unos estudios parciales, subjetivos y con gran incertidumbre, en cuanto a la validez de lo obtenido.
Otro asunto importante es el relacionado con la evaluación de las áreas y funciones definidas a auditar, SIGFA  [2000] recomienda la comparación del rendimiento actual o real de la actividad u operación con los objetivos y metas propuestos, Corretger Rauet [1996] y Fabrés Díaz [1991] sugieren ponderar las áreas y funciones a auditar por consenso con respecto a la importancia que se le debe conceder a los aspectos objeto de la auditoría y determinar el diagnóstico global del  servicio. En este sentido, los autores consideran que la evaluación de la gestión de mantenimiento requiere del uso de métodos multicriterios, como los referidos por Barba-Romero & Pomerol [1997], Marrero Delgado [2001], para la determinación del peso o importancia relativa de las áreas y funciones a auditar.
En la ISO 19011:2002 se establecen las directrices para la auditoría de los sistemas de gestión de calidad y/o ambiental, la cual constituye una guía a la hora de realizar una auditoría de mantenimiento.
La auditoría de mantenimiento permite detectar los puntos fuertes y débiles de una organización respecto a la gestión de mantenimiento y evaluar dicha gestión; la auditoría de mantenimiento debe constituir un paso previo  a cualquier proceso de reorganización que se pretenda enfrentar en una entidad. Las posibles áreas y funciones a auditar deben ser definidas y analizadas por un equipo de trabajo conformado por el cliente de la auditoría y/o el auditado y el equipo auditor [Borroto Pentón, De la Paz Martínez & Marrero Delgado, 2003a, 2004].
En la ISO 19011:2002 se establecen las directrices para la auditoría de los sistemas de gestión de calidad y/o ambiental, la cual constituye una guía a la hora de realizar una auditoría de mantenimiento.
Procedimiento para la realización de la auditoría de mantenimiento (Borroto Pentón, 2009)
En la actualidad en Cuba ministerios y entidades tienen establecido como llevar a cabo el mantenimiento en las organizaciones, aunque no todos evalúan la gestión del mantenimiento a través de la realización de una auditoría operacional.  A continuación se explica un procedimiento general diseñado con estos fines (Ver figura 1).

Figura 1 Procedimiento de auditoría de mantenimiento.
Etapa 1: Inicio de la auditoría de mantenimiento
En esta primera etapa del procedimiento se debe seleccionar el equipo auditor. Se prepara el plan de auditoría y se asignan las tareas en dependencia de las competencias de los auditores.
Paso 1.1  Selección del equipo auditor
Se debe seleccionar el equipo auditor teniendo en cuenta las competencias necesarias para lograr los objetivos de la auditoría. Será un equipo creado ad hoc y se debe garantizar su total independencia en la realización de la auditoría, para lo cual como premisa, dichos auditores deben ser ajenos a las responsabilidades inherentes a cualquier aspecto a auditar.
Los auditores deben tener conocimiento y capacidad para:
·      Recopilar información a través de los métodos diseñados con estos fines.
·      Verificar que la evidencia de la auditoría sea suficiente.
·      Evaluar los hallazgos de la auditoría.
·      Preparar el informe de la auditoría.
Paso 1.2 Preparación del plan de auditoría
El jefe del equipo auditor deberá preparar un plan de auditoría  que proporcione la base para el acuerdo entre todos los implicados. Este plan incluirá: la definición de los objetivos, el alcance, los criterios de la auditoría, la asignación de recursos y la elaboración del cronograma de realización.
Los objetivos deben ser definidos por el cliente de la auditoría, estos pueden ser:
ü  Comprobar y valorar la adecuación y eficiencia de los medios y sistemas para la consecución de los objetivos.
ü  Comprobar y valorar el grado de cumplimiento de los objetivos del servicio.
ü  Comprobar y valorar la existencia de sistemas organizativos y de control idóneos a las necesidades de la gestión.
ü  Evaluar la gestión del mantenimiento.
ü  Elaborar un plan de reformas para potenciar la eficacia del servicio y el cumplimiento de los objetivos parciales y generales del mismo.
El alcance de la auditoría define la extensión y los límites de la misma. Para la definición del alcance de la auditoría se recomienda realizar un trabajo en grupo con especialistas y un análisis detallado de la literatura y se determinar las áreas y funciones a auditar.
La experiencia práctica de los autores indica que la duración de la auditoría de mantenimiento se estima como máximo en 5 días. De la misma forma, la información necesaria para la realización de la auditoría debe cubrir como mínimo un período de tiempo de seis meses.
Los criterios de la auditoría de manera general lo constituyen el conjunto de políticas, procedimientos y los requisitos, los cuales se utilizan como una referencia con la cual es comparada la evidencia de la auditoría. En este caso se propone trabajar con estándares de mantenimiento, muchos de ellos definidos en la literatura consultada [García Garrido, (2003), Borroto Pentón y De posada Lemus (2009), Alfonso LLanes (2008) y Velásquez Díaz (2009); otros derivados del estudio realizado con especialistas y la experiencia de los autores de esta investigación.
Los recursos asignados deben ser garantizados por el cliente de la auditoría. El cronograma de realización de la auditoría de mantenimiento es elaborado por el jefe del equipo auditor, considerando el alcance de las actividades de la auditoría in situ.
Paso 1.3 Asignación de tareas
El jefe del equipo auditor realizará la asignación de tareas a cada miembro del equipo, considerando la competencia y la independencia de los auditores y el uso eficaz de los recursos.
Etapa 2: Realización de las actividades de la auditoría in situ
En esta etapa se realiza la reunión de apertura de la auditoría y el diagnóstico de mantenimiento.
Paso 2.1 Realización de la reunión de apertura 
Coincidiendo con lo planteado en la ISO 19011:2002 en esta reunión participa  la dirección de los auditados y el equipo auditor. La misma es dirigida por el jefe del equipo auditor el cual presenta al equipo auditor y el plan de auditoría.
Paso 2.2 Realización del diagnóstico de mantenimiento
La realización del diagnóstico de mantenimiento constituye un elemento muy importante en la auditoría, ya que permite detectar las fortalezas y debilidades de la empresa objeto de estudio respecto a la gestión del mantenimiento. Una vez realizado el diagnóstico se traza un plan de acción que solucione las deficiencias detectadas.
La recopilación, verificación y análisis  de la información se propone realizarla a través de examen documental, observación directa, entrevistas y guías de diagnóstico que contengan los estándares para evaluar la gestión del mantenimiento.
Etapa 3: Análisis de los resultados de la auditoría de mantenimiento
Para  llevar a cabo el análisis de los resultados de la auditoría de mantenimiento se propone realizar las siguientes acciones: Paso 3.1 Evaluación de las áreas y funciones auditadas, Paso 3.2 Evaluación de la gestión del mantenimiento, Paso 3.3 Conclusiones de la auditoría.
Paso 3.1 Evaluación de las áreas y funciones auditadas
Cada uno de los aspectos analizados en las distintas funciones pertenecientes a las áreas auditadas se valoran (De Posada Lemus, 2009 y Borroto Pentón, 2005) en una escala de 0 a 3, donde:
Ø  Es  0” si el aspecto considerado en la pregunta está ausente. 
Ø  Es “1” si el aspecto considerado se alcanza deficientemente.
Ø  Es “2” si se alcanza, aunque aún puede mejorar.
Ø  Es “3” si se alcanza de forma óptima.  
Para todos los aspectos evaluados se deben indicar posibles valoraciones de referencia.
Para realizar la evaluación de las áreas y funciones auditadas, fueron adaptadas un conjunto de expresiones de cálculo propuestas por Corretger Rauet [1996], que permiten determinar el peso o la importancia relativa de las áreas y funciones auditadas y de esta forma realizar una evaluación más objetiva de la gestión del mantenimiento.
Para cada una de las funciones valoradas por el equipo auditor se propone realizar su evaluación a través de la expresión siguiente:
                                                                                                             (1.1)




Siendo:
EF dg: Evaluación de la función d correspondiente al área g.
W dg: peso de la función d correspondiente al área g.
C dg: Valoración promedio de la función d correspondiente al área g.
La suma de las evaluaciones de las funciones dará el resultado del área, esto es:   
                                                                                                                  (1.2)



Siendo:
RA g: resultado del área g (g=1,...,n)
d=1,…mg   Siendo m la cantidad de funciones a auditar en cada área g.
La evaluación de cada una de las áreas se calculará según la expresión siguiente:                                                                                                                                (1.3)



Siendo:
 EA g: Evaluación del área g.
 W g: peso del área g.
Como se puede apreciar para realizar los cálculos con las expresiones anteriores (1.1, 1.2, 1.3), es necesario determinar el peso o importancia relativa  de cada área y de cada función auditada. Ello deberá sustentarse en el análisis realizado por el equipo auditor.
Para la determinación de los pesos se ha propuesto un procedimiento específico (ver Figura 2), basado en el método multicriterio subjetivo de ordenación simple para la asignación de pesos.  Este procedimiento consta de tres pasos los cuáles se describen a continuación:

Figura 2 Procedimiento de asignación de pesos por el Método de Ordenación  Simple. Fuente: Borroto Pentón, 2005.
1. Asignación a las áreas y a las funciones de un orden de prioridad
Los expertos asignan a las áreas y funciones un orden de prioridad,  “de 1 a n” en el caso de las áreas y “de 1 a mg” en el caso de las funciones, según la preferencia o nivel de importancia que poseen para el evaluador, de forma tal que el valor “1” representará el de menor importancia en la gestión del mantenimiento en la empresa. Este es un aspecto que requiere de un período de reflexión  de los auditores, a fin de que los resultados finales no puedan ser objetados con el argumento de que no se ha contado con todos y que en el caso de haber considerado su opinión, los resultados podrían haber sido diferentes.
2. Análisis de la concordancia en el juicio de los expertos
Una vez asignado el orden de prioridad a las áreas y funciones a auditar se determina si existe concordancia o no en el juicio de los expertos. Para esto se recomienda utilizar la Prueba de concordancia de Kendall referida por Siegel (1972). En caso de no existir concordancia entre el juicio de los expertos se vuelve al paso 1.
De comprobar la existencia de concordancia entre los expertos, se ordenan definitivamente las áreas y funciones a auditar dado por el valor de las diversas sumas de rango. Con este orden definitivo se calcula el peso de las áreas y funciones a auditar, W g-OS y W dg-OS  a través del método de ordenación simple que es el método multicriterio de cálculo de peso que se recomienda utilizar, aunque se pueden utilizar otros métodos de cálculo subjetivos para la determinación del peso de cada criterio.
Paso 3.2 Evaluación de la gestión del mantenimiento
Para la evaluación de la gestión de manteniendo se propone el Indicador nivel de la gestión del mantenimiento (INM):
                                                                                                        (1.4)


Para la valoración del INM se utiliza una escala en forma porcentual (Tabla 1.2).
Realizada la auditoría de mantenimiento, se recomienda graficar los resultados de la misma en un radar de control donde se pueda observar el porcentaje que representa la evaluación del área respecto a su evaluación ideal. La observación del radar de control le permitirá a la empresa incidir en las áreas de peores resultados, tratando de mantener un equilibrio entre todas las áreas auditadas.
Tabla 1.2 Escala para la evaluación de la gestión del mantenimiento
Intervalos de INM (%)
Evaluación de la gestión
(95≤ INM ≤100)
EXCELENTE
(85≤ INM <95)
BIEN
(60≤ INM < 85)
ACEPTABLE
(INM< 60)
DEFICIENTE
                       Fuente: Borroto Pentón, 2005.

Puede utilizarse la técnica gráfica del RADAR para mejor visualización, como se muestra:


Una vez obtenida la evaluación de la gestión del mantenimiento en la empresa objeto de estudio, el equipo auditor elabora un informe con los resultados obtenidos y las recomendaciones propuestas y se realiza la reunión de cierre de la auditoría.
Las conclusiones de la auditoría pueden indicar la necesidad de acciones correctivas, preventivas y/o de mejora, según sea aplicable. Para verificar la implementación de dichas acciones y su eficacia se recomienda realizar una auditoría de mantenimiento a los 6 meses de implementadas las mismas.
A continuación se enumeran algunos aspectos que podrían ser incluidos en el informe:
1. Objeto
2. Alcance de la auditoría
3. Documentación de referencia
4. Datos generales de la planta o instalación 
     4.1. Grado de automatización
     4.2. Antigüedad de las instalaciones
     4.3. Ubicación geográfica. Problemas derivados de esa ubicación
     4.4. Jornada de trabajo
5. Diagnóstico de mantenimiento: áreas y funciones evaluadas.
6. Resumen de los problemas detectados de la auditoría.
Este informe debe identificar como problemas detectados a todos aquellos aspectos cuya valoración sea 0 ó 1, o sea, mediante una expresión numérica debe quedar expresado cuales son aquellas áreas que requieren mayor atención. De igual modo deben quedar apuntadas las acciones correctivas a emprender.

¿CÓMO EVALUAR LA GESTIÓN DEL MANTENIMIENTO?
Se coincide con Larralde Ledo [1994] en que existen diversas formas de evaluar la gestión de mantenimiento aunque todas ellas pueden resumirse en dos grandes grupos:
·         Medición de resultados a partir del cálculo y análisis de indicadores de mantenimiento.
·         Valoración del desarrollo mediante control directo, principalmente a través de auditorías, que permiten realizar una evaluación más cualitativa y por tanto más flexible para su adecuación en el terreno, en dependencia de los puntos débiles y fuertes que vayan encontrando los auditores.
Indicadores de mantenimiento
El principio de la gestión de mantenimiento, está basado en el seguimiento de una cierta cantidad de cifras – índices, obtenidas por la composición de los índices acumulados en un tablero de instrumentos. La eficacia del mantenimiento puede ser acumulada mediante la comparación de los resultados obtenidos y los resultados propuestos. La determinación de los resultados esperados, es principalmente dominio del administrador o gestor de mantenimiento de cada empresa y de su evolución en el curso del tiempo.
Después de la composición de los índices, la experiencia ha comprobado que hay que respetar los siguientes principios:
·         Cada usuario debe escoger sus propios índices: el gestor de mantenimiento de la fábrica no está interesado en los mismos índices que el responsable de mantenimiento de uno de los sectores de la producción.
·         Se tiene el mayor interés en limitar el número de índices que se deben seguir en un tablero de instrumentos (un máximo de diez, parece el más indicado).
·         Los índices deben estar basados en datos de fácil disponibilidad dentro de la empresa. Se entiende que se debe instalar un sistema para recoger los datos.
·         Los valores que constituyen los índices se deben actualizar continuamente.
·         Los resultados de los índices deben ser interpretados para hacerlos comparables con los resultados anteriores.
Existe un listado de índices destinados al gestor de mantenimiento:
a)    Costo de mantenimiento.
b)    Costo del personal de mantenimiento.
c)    Costo de materiales.
d)    Valor del stock promedio.
e)    Valor acumulado de repuestos utilizados en doce meses. Valor del stock promedio.
f)     Efectivo de mantenimiento.
g)    Número de horas de averías de los equipos de producción. Número de horas teóricamente disponibles por año.
Los índices servirán al responsable como señales que le permitan tomar decisiones rápidas o hacer análisis complementarios en el caso de que se constate una anomalía o de una evolución hacia una situación intolerable.
Un elemento fundamental dentro de la gestión de mantenimiento es el sistema de comunicación entre los diferentes servicios y el responsable de mantenimiento. La experiencia ha demostrado que una buena gestión de mantenimiento, solamente es posible en la medida en que el responsable sea bien informado. Se trata entonces de introducir un sistema que permita asegurar el paso de informaciones de manera más eficaz para cada nivel de responsabilidad. Es posible distinguir dos tipos de informes:
·         Corrientes (por ejemplo: informes diarios de los equipos, informes semanales de las horas trabajadas o de materiales utilizados, informes de realización de trabajos y de control de costos, informes de reuniones).
·         Informes específicos (sobre uno u otro fenómeno incidente, rebasar el presupuesto, renovaciones, etc.).
Según Hernández Cruz & Navarrete Pérez [2001] un indicador o índice es un parámetro numérico que facilita la información sobre un factor crítico identificado en la organización, en los procesos o en las personas respecto a las expectativas o percepción de los clientes en cuanto a costo-calidad y plazos.

Se recomienda su cálculo mensual y para su análisis, elaborar una tabla de seguimiento de la disponibilidad del equipo. Con esta información, el Departamento de mantenimiento puede establecer un límite mínimo aceptable para los valores de disponibilidad. Para los equipos que presenten valores de disponibilidad inferiores al mínimo aceptable se recomienda elaborar el gráfico de disponibilidad del equipo , el cual indicará en qué mes o meses del año la disponibilidad fue baja y tomar acciones de mejora al respecto.




QUÉ ES EL BENCHMARKING
El benchmarking es una forma de determinar qué tan bien se desempeña una empresa (o una unidad de esta), comparado otras empresas (o unidades). Tradicionalmente, las empresas medían su desempeño y lo comparaban con su propio desempeño en el pasado. Esto daba una muy buena indicación de la mejora que está logrando. Sin embargo, aunque la empresa esté mejorando, es posible que otras empresas estén mejorando más, por lo que mejorar con respecto a años anteriores, puede no ser suficiente. El benchmarking ubica el desempeño de la empresa en un contexto amplio, y permite determinar las mejores prácticas.

Definición de Benchmarking
Spendolini define al Benchmarking como "el proceso continuo y sistemático de evaluar los productos, servicios o procesos de las organizaciones que son reconocidas por ser representativas de las mejores prácticas para efectos de mejora organizacional".

Tipos de Benchmarking
McNair y Liebfried identifican cuatro tipos de benchmarking:

· Benchmarking interno: un chequeo interno de los estándares de la organización, para determinar formas potenciales de mejorar la eficiencia.
·    Benchmarking competitivo: es la comparación de los estándares de una organización, con los de otras empresas (competidoras).
·    Benchmarking de la industria: comparar los estándares de la empresa con los de la industria a la que pertenece.
· Benchmarking "mejor de su clase": es la comparación de los niveles de logros de una organización, con lo mejor que exista en cualquier parte del mundo, sin importar en qué industria o mercado se encuentre.

Bibliografía consultada:
http://www.degerencia.com/tema/benchmarking
      https://yodairaproductividad.files.wordpress.com/.../material-gestic3b3n-...

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